A veces me veo al espejo y sin pensarlo si quiera, descubro en mi mirada las caricias que me tienen guardadas, el calor de tus manos que empiezan a bajar por mi vientre, llegando a mi sendero mojado de deseo. Me aprisionan, me atrapan, haces magia con tus dedos, y en cuestión de segundos y sin pensarlo siquiera descubro tu boca comiendo de mi, alimentándose de mis ganas, provocando gemidos de placer y locura... gemidos que involucran deseo y que rompen el silencio de la habitación...
Así... entre locura y locura te descubro desnudándome el alma dentro de mis recuerdos, probándome en silencio…
No hay comentarios:
Publicar un comentario