¿Qué pecado tan grave habré hecho
para que tu presencia me quitaran?
¿Quién autorizó y con qué derecho
el que sendas estacas me clavaran?
¿Es que tanto dolor no ha bastado?
Decidme tan sólo, porque no lo sé
cuándo mi pena habrá terminado
porque el fin para mi sufrir no se ve.
He sido destruido, estoy muerto.
¿Acaso merezco mayor castigo?
¿Cuándo llegaré a tranquilo puerto?
Con el corazón que me resta digo:
creo que mi gravísimo pecado
fue a una mujer haber amado.
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